lunes, marzo 30, 2009

Hechizos



De esos que prepara la vida.
Sin ojos de sapo, sin pieles de serpiente.
Esos que no reponden a nada y lo dicen todo.
[...]


Hace frío. Parece que vuelven a bajar las temperaturas.
Abro la ventana y pongo la calefacción.
Así debe ser para poder fumar y no pasar frío.
Y más cambios.


La primavera siempre trae cambios.
En las flores y en la vida, aunque suene poéticamente cutre.
La gente ahora hace planes para cambiar. Le da por ahí.
Es perfecto.


Cambiarse de ciudad. Estudiar algo nuevo.
Preparar vacaciones.
Esta estación es siempre el ecuador de algo.
Y en los ecuadores de la vida hay que espavilar.
Eso dicen...


Y si no lo es -ecuador- uno se lo inventa.
Que siempre va bien recordarse que uno sigue eligiendo.
[...]


Leí hace poco sobre lo insoportable de la inmovilidad que nos viene caracterizando.
Esas ansias de cambiar de móvil, de zapatos, de novio o de peinado.
Parece que no se soporta bien eso del "siempre más de lo mismo".
Aunque sólo sea por torear al miedo.
...


Hasta un punto. Un punto flaco y fibroso.
Casi imperceptible.
Como cuando una mano enrosca un mechón de pelo tras tu oreja.
Como cuando te explican el mejor de los cuentos inventados.
A medida. Como quien sabe los centímetros exactos de tu cuello.


Así. Justo así.
Inesperado y preciso.
Y el recuerdo, que casi nunca es pasado si se le llama así, pasa a mejor vida.


Se vuelve resbaladizo.
Como la manta que cae sin remedio cuando ladeas las piernas.


Y se queda ahí. Olvidado, siendo de veras pasado.
Siendo vacío y frío.
Y resurgimiento limpio de una indiferencia no fingida.
Y sólo así se puede permitir el paso de algo.


Y las piernas reclaman ese hechizo que sabes tuyo.
Que sabes para ti.

2 comentarios:

Bright Entries dijo...

Ei, fa molt que no publiques res!
Trobo a faltar les teves paraules!

Carol dijo...

Hi han paraules, però ja no penjo... qui ets?